Ves una grieta en la pared que separa tu vivienda de la del vecino. Llamas a un albañil… y te surge la gran pregunta: ¿quién paga la reparación? Si vives en un adosado o en un piso con paredes compartidas, esta duda es más común de lo que crees. Aquí te damos la respuesta clara, basada en la normativa actual.
¿Qué es una pared medianera?
Una pared medianera es aquella compartida por dos propiedades colindantes, como ocurre en la mayoría de los adosados o entre pisos de un mismo edificio. Aunque esté físicamente más en tu lado, no te pertenece solo a ti: su propiedad es común entre ambas viviendas, a no ser que haya un título que indique lo contrario.
¿Cuál es la responsabilidad en un adosado?
La responsabilidad de una pared medianera en un adosado es compartida. Eso significa que ambos vecinos deben encargarse de su mantenimiento y reparación. Así lo establece el Código Civil español, salvo prueba en contra.
Por tanto, si la pared sufre daños por causas naturales, el gasto debe dividirse al 50% entre los propietarios.
¿Y si el daño lo causa uno de los vecinos?
Si uno de los vecinos realiza una obra o instalación que daña la pared (como colocar un aparato de aire acondicionado, abrir un hueco sin permiso o construir mal), ese vecino deberá asumir el coste total de la reparación.
Este es un punto clave en la normativa sobre quién paga el arreglo de una pared medianera.
¿Qué hacer si no hay acuerdo?
Si uno de los propietarios no quiere pagar, se puede:
- Pedir un informe técnico independiente para justificar el daño.
- Recurrir a la vía judicial como último recurso.
- Intentar una mediación vecinal o contar con el apoyo de un administrador de fincas.
Consejos para evitar conflictos
El mantenimiento de paredes compartidas entre vecinos evita problemas mayores. Recomendamos:
- Revisarlas periódicamente.
- Actuar rápido ante humedades o grietas.
- Mantener una buena comunicación con el vecino.
En resumen, si vives en un adosado o compartes pared con otro piso, lo más probable es que ambos seáis responsables. Hablarlo con calma y revisar la normativa puede ahorrarte más de un disgusto.